La Plaza del Crepúsculo bulle de actividad al mediodía. Comerciantes kemetianos vocean sus mercancías, mientras filósofos olímpicos debaten bajo los pórticos y mercaderes de Tian exponen sus sedas ante los atentos ojos de posibles clientes. En el centro, una fuente atlante proyecta un arcoíris de luces mediante cristales ingeniosamente dispuestos.
De repente, el cielo se oscurece de manera antinatural. Un zumbido crece en intensidad, haciendo que todos alcen la mirada. Una grieta luminosa se abre en el firmamento, y un objeto esférico desciende a gran velocidad. La multitud se dispersa en pánico mientras el objeto impacta contra el centro de la plaza, justo donde se encontraba la fuente.
El polvo se asienta, revelando una esfera iridiscente de aproximadamente tres metros de diámetro, incrustada en el suelo. Su superficie, metálica pero translúcida, cambia constantemente de color como si la luz bailara dentro de ella. Patrones y símbolos, similares a constelaciones, flotan y se reconfiguran en su interior.
Abr
08
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